Qué pasa con los jóvenes

Como no podía ser de otra manera..., los que me conocen ya saben que este tema centra constantemente mis pensamientos, voy a comenzar el blog hablando sobre mis queridos jóvenes, y no es que yo haya dejado de serlo... no llego aún al cuarto de siglo.. pero es que ya dudo si considerarme "joven" por las connotaciones actuales de esa palabra.

Echando una mirada hacia atrás... recuerdo mi adolescencia, como un laberinto de dudas, amores, desamores, momentos gloriosos, otros deprimentes, con fiestas, con castigos, con regañinas, discusiones con padres y amigos, carcajadas, lloros... una adolescencia llena, y sobre todo, una adolescencia con vida.

Ahora me aterra ver a los adolescentes de hoy en día, y no es que pueda decir que mi etapa fue mejor o peor que la de ellos.. sino muy diferente, tanto, que no alcanzo a comprender cómo ha cambiado tanto en tan poco tiempo.

Todo el mundo habla del respeto a los mayores, a los profesores, a las diversas autoridades y por supuesto a los padres... pero yo diría que más allá... ha desaparecido el respeto por el ser humano, por todo aquello que no es el "yo".

Si representa un problema el hecho de que los jóvenes hoy en día no vean el mañana, sino el hoy, el ahora, el instante, frente a nuestros anelos de ser actores, bailarines, artistas, periodistas, informáticos... y qué se yo cuántas ilusiones más, más grande me parece el problema que tienen para entender más allá del "yo".

Entender los sentimientos en los demás, que hay algo más que el dolor físico, que el dolor de un puñetazo, el pavor de la vergüenza, de la descalificación, el pánico al rechazo, el dolor mental, un dolor que no existe para las nuevas generaciones.

Recuerdo un día en el que, en un antiguo trabajo, un chaval de 16 años decía que le había puesto una navaja en el cuello a una mujer para atracar su farmacia... y entendía que "no había pasado nada porque no le había cortado el cuello", sólo recuero de él una mente incapaz de entender el miedo ajeno.

Qué estamos haciendo, en qué estamos tan equivocados para crear máquinas insensibles incapaces de descifrar unos códigos que han permanecido vigentes desde hace siglos... se me ocurren mil razones, mil "posibles errores" individuales, pero cómo es posible que seamos capaces de mitigar una "alerta pandémica" de una gripe A invisible y seamos incapaces de acabar con una lacra que está destrozando el futuro y que se ha propagado más rápido que cualquier virus al que destinamos millones de euros en vacunas que ahora se pudren en almacenes...